La peripecia de un lector que transcurre en el Buenos Aires del siglo XXI se cruza con la París de la centuria del XIX a través de un diario íntimo. Una novela- ensayo donde la literatura epistolar es el artificio para este aventurero ecuatoriano.
La aventura comienza cuando Plaza conoce a un destacado profesor y crítico literario en la ciudad de Buenos Aires.
“Esas cartas —pensaba Plaza cuando escribía en su diario— son textualidades muertas, para qué revivirlas”. Él comprendía que esas epístolas eran vestigios de dos poderosos intelectuales de América Latina que jamás se habían conocido, era una misión para un arqueólogo de la incertidumbre y la reinterpretación como Michel Foucault. Plaza sabía que el crítico y filósofo francés usaba ese concepto de arqueología para manipular los sucesos del pasado, y hacer que la realidad tal como había sido dada pudiera ser transformada o llegara a convertirse en otra cosa, y así cuestionar la verdad.
Un secreto epistolar del siglo XIX puede cambiar el presente.
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