Para acabar con algo que no acaba
Por Ernest Riera Rott
Una brillante portada obra del pintor venezolano Mayro Toyo, un título con gancho y una cita de Leonard Cohen como apertura a la lectura invitan al lector a una sonrisa cómplice. Una sonrisa que, por otra parte, se amplía y reconfirma tras leer los tres relatos que conforman Alguien con quien hablar (Editorial Crack-up), el debut literario de Celina Abud, una autora polifacética (además de escritora, es periodista, cantante y compositora) a la que habrá que seguir la pista y tener muy en cuenta.
A Florencia McAllister, la protagonista del primer relato, “¿Hace cuánto que no nos vemos?”, la conocemos gracias a que distintas etapas de su vida son narradas por otros. No la oímos, pero nos llega el eco de viejos romances y la huella que esta dejó entre quienes la trataron.
En “Agujas” Adrián y Martín se juntan para escribir una tesis sobre Comunicación para acabar hablando de mujeres, teorizando sobre tatuajes o tratando de entender cómo las nuevas tecnologías han incidido a la hora de relacionarse.
El último relato, cuyo título da nombre al libro, una chica de origen judío se dedica a pegar stickers de Hello Kitty sobre las esvásticas marcadas en un ascensor; hecho que se convierte en el perfecto disparador para poder hablar sobre problemas vecinales, la inmigración o la incomodidad que sugiere ver ese símbolo a diario.
Decía Jaime Gil de Biedma en su poema “No volveré a ser joven” que uno descubre el significado de la vida cuando la terrible realidad de envejecer y morir asoma. Y algo de eso hay en la idea global del libro de Abud. El tiempo pasa y la realidad no es como nos la contaron, vendieron o imaginamos. Sí, tratamos de evadirnos y puntualmente lo conseguimos pero, una vez llegados a la cuarentena y cumplido media vida, ¿cómo lidiar con ese pozo de angustia? ¿Existe la posibilidad de la reinvención? ¿Por qué seguimos temiendo a los cambios? ¿Nos quedan fuerzas y atrevimiento? ¿Cómo podemos hacernos escuchar sin acabar ahogándonos en nuestra propia voz? Los protagonistas de los tres relatos dudan, temen, sufren las preocupaciones propias de un presente y futuro inciertos a los que se enfrentan como buenamente pueden. Hay expectativas pero también engaño y marcas imborrables cuyas cicatrices siguen doliendo. Como cantaban Los Planetas en “Desorden”, “¿que puedo hacer /si no puedo hacer nada /para acabar con algo que no acaba?”
Alguien con quien hablar sorprende por ser un óptimo retrato de una generación algo desencantada, por la conducta de sus personajes protagonistas, capaces de provocar carcajadas e indignación casi simultáneamente, por la ironía y la fuerza de unos diálogos nada artificiales. No dejen de leer este libro que se gestó durante largo tiempo en el taller literario de Hernán Vanoli. Lean este libro y háganle el eco que se merece.
Alguien con quien hablar (2017)
Autora: Celina Abud
Editorial: Crack-Up
Género: relatos, cuento